“Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo…”
Filipenses 2:14,15
Es muy difícil vivir con una persona que siempre se queja de todo, que nunca está contenta con nada. Una persona que siempre se esta quejando no sabe valorar todo lo que Dios hace en su vida, porque pasa todo el tiempo buscando la vida perfecta y se olvida de disfrutar lo que tiene.
Cuando el pueblo de Dios salió de Egipto, Dios hizo caer pan del cielo todos los días, hizo salir agua de la roca, los guió de día con una nube y de noche con una antorcha de fuego. ¿Pero a quién le importa eso? Nadie. Hasta estaban caminando mas como seguían quejándose, pasaron 40 años en el desierto. (Éxodo 13)
Si quieres honrar a Dios, deja de quejarte y evita contender o se enojar por cualquier cosita.
Haga las cosas de buena voluntad, con amor, paciencia, buscando llevar la luz de Dios para las personas a su rededor.
Para que como dice el versículo,
…seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha.
Y entonces en medio a todos resplandecéis como luminares en el mundo…
Que Dios bendiga su vida.
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